Ataque de Panico o trastorno de pánico

Ataque de Pánico o trastorno de pánico

Ataque de Pánico : es definido por Medline como  “Es un tipo de trastorno de ansiedad en el cual usted tiene ataques repetitivos de intenso miedo de que algo malo va a ocurrir”

Ataque de Pánico o Trastorno de Pánico

El ataque de pánico es definido por Medline como «un tipo de trastorno de ansiedad en el cual se presentan ataques repetitivos de intenso miedo ante la expectativa de que algo malo va a ocurrir»¹. Otros centros médicos lo describen como una de las manifestaciones de la ansiedad patológica, caracterizado por síntomas físicos que incluyen taquicardia, sudoración, temblores, sensación de ahogo, desmayos, hormigueos, mareos, escalofríos y sofocaciones².

Actualmente, se postula que los trastornos de pánico se producen debido a un exceso de activación del sistema nervioso autónomo simpático, especialmente de la amígdala, lo que provoca una reacción de lucha o huida y, consecuentemente, una descarga de adrenalina en el torrente sanguíneo. Esta descarga provoca dilatación pupilar, sudoración, taquicardia, aumento del tono muscular, imperiosa necesidad de orinar o defecar, temblores musculares y palidez².

Aunque es común pensar que sólo los trastornos de ansiedad pueden causar estos síntomas, existen múltiples condiciones clínicas que pueden provocar activación de la amígdala y, por lo tanto, síntomas similares a los del pánico. Algunas de estas condiciones incluyen hipoglucemia, dilatación visceral súbita, espasmo de esófago, hipotensión arterial, hipotensión ortostática, intoxicación por cannabinoides u otras sustancias, dolor óseo repentino, variaciones en los niveles de oxígeno y dióxido de carbono y cambios en el pH, entre otros³. Por esta razón, es fundamental realizar una evaluación clínica previa o durante el tratamiento de este cuadro para descartar otros trastornos que puedan generar síntomas similares.

Es importante destacar que el ataque de pánico se produce debido a un desequilibrio fisiológico en el sistema de alarma del sistema nervioso central (SNC), concretamente en el núcleo amigdalino, y no a causas cognitivas. No obstante, factores como el estrés, la sobrecarga o traumas pueden exacerbar la condición³. El miedo a morir, a enloquecer o a perder el control son manifestaciones cognitivas frecuentes durante y después de una crisis de angustia, a veces acompañadas de despersonalización o desrealización.

El tratamiento para el trastorno de pánico es principalmente farmacológico, complementado con psicoterapia orientada a enfrentar síntomas evitativos y agorafóbicos que puedan surgir como resultado de los ataques, así como a ayudar al paciente a desplazar o distraer sus preocupaciones o temores anticipatorios relacionados con las crisis³. La actividad física aeróbica también se recomienda como coadyuvante, posiblemente debido a la mejora en la oxigenación.

Referencias:

  1. Trastorno de pánico: MedlinePlus enciclopedia médica. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000924.html Consultado el 12 de mayo de 2017.
  1. Asociación Americana de Psiquiatría, Bagney Lifante A. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales – DSM 5. Buenos Aires: Médica Panamericana; 2014.
  2. García Galván, Luis Tomás Nicolás (Mgter). Ex Staff del Hospital Privado, coordinador de terapia de grupo de trastornos de ansiedad, fobias y pánico.

En el manejo del trastorno de pánico, es fundamental trabajar en conjunto con un equipo de profesionales de la salud mental, incluyendo psiquiatras, psicólogos y terapeutas, quienes podrán guiar al paciente en el proceso de recuperación y adaptación a su vida cotidiana.

El abordaje terapéutico puede incluir terapias cognitivo-conductuales, que ayudan a modificar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen al trastorno de pánico. También se pueden utilizar terapias de exposición, donde el paciente enfrenta gradualmente las situaciones que le generan miedo o ansiedad, con el objetivo de reducir la intensidad de la respuesta de pánico en el futuro.

Los medicamentos más comunes en el tratamiento del trastorno de pánico incluyen antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y benzodiazepinas, que ayudan a reducir la ansiedad y los síntomas físicos. Sin embargo, el uso de benzodiazepinas debe ser cuidadosamente monitoreado debido al potencial de dependencia y efectos secundarios.

Además de la terapia y el tratamiento farmacológico, es esencial que el paciente adopte hábitos saludables que contribuyan a su bienestar general. Estos pueden incluir mantener una dieta equilibrada, dormir lo suficiente, reducir el consumo de sustancias estimulantes como cafeína y alcohol, y practicar técnicas de relajación como la meditación o el yoga.

Por último, es crucial que el paciente cuente con el apoyo de familiares y amigos en el proceso de recuperación. Esto no solo facilita la adherencia al tratamiento, sino que también permite que el paciente se sienta comprendido y acompañado durante los momentos difíciles que pueda atravesar.

En resumen, el trastorno de pánico es una condición de salud mental que requiere un enfoque integral de tratamiento, incluyendo medicamentos, terapia, apoyo social y cambios en el estilo de vida. Con el acompañamiento adecuado, es posible mejorar significativamente la calidad de vida de quienes padecen esta condición.

1 Otros centros médicos lo definen como “Otras de las manifestaciones de la ansiedad patológica es el denominado ataque de pánico, cuyos síntomas físicos incluyen taquicardia, sudoración, temblores, sensación de ahogo, desmayos, hormigueos, mareos, escalofríos y sofocaciones”

2  Hoy se postula los trastornos de pánico se producen por un exceso de la activación del sistema nervioso autónomo simpático, por parte de la amígdala dando una reacción de lucha o huida y por consiguiente una descarga de adrenalina al torrente sanguíneo que genera:  dilatación pupilar, sudoración, taquicardia, aumento del tono muscular sensación de imperiosa de orinar o defecar, temblores musculares, palidez.

A pesar de la inclinación a pensar que sólo los trastornos de ansiedad puede causar estos síntomas, son muchos los cuadros clínicos que pueden causar activación de la amígdala y por tanto síntomas panicosos,  por ejemplo la hipoglucemia la dilatación viceral subita, el espasmo de esofogago, la hipotension arterial, la hipotensión ortostática, la intoxicación por canabinoides y otras sustancia,  un dolor óseo súbito, variaciones en el nivel de oxígeno, y del nivel de dióxido de carbono, cambios en el pH entre otros. Por eso, está indicada, y es necesario una evaluación clínica, previa o, durante el tratamiento de este cuadro, a fin de descartar cuadros clínicos que puede generar la sintomatología. Es muy común por parte de los agentes de Salud Mental (y algunos clínicos) piensen que este tipo de cuadros, sólo se produce como una respuesta psicológica. El miedo a morir, a enloquecer o a perder el control son frecuentes manifestaciones cognitivas durante y posteriores a la crisis de angustia  apareciendo a veces despersonalización o desrealización. 

Es importante manifestar aquí que este cuadro se produce como un desbalance fisiológico del sistema de alarma del SNC para ser precisos el Núcleo Amigdalino y no obedece a causas cognitivas, pero puede ser exacerbado ellas o el estrés y la sobrecarga, por ejemplo la sobrecarga laboral estudiantil o la suma de traumas actuales o duelos.

El tratamiento es eminentemente farmacológico, acompañado de tratamiento psicoterapéutico el que debe estar orientado afrontar síntomas evitativos y agorafóbicos que puedan presentarse como resultado del o los ataques como así también ayudar al paciente a desplazar o distraer sus preocupaciones o temores anticipatorios a las crisis.

La actividad física aeróbica también está indicada como coadyuvante debido tal vez la mejoría en la oxigenación.

1- Trastorno de pánico: MedlinePlus enciclopedia médica. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000924.htm. Accessed May 12, 2017.

2- Asociación Americana de Psiquiatría, Bagney Lifante A. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales – DSM 5. Buenos Aires: Médica Panamericana; 2014.

Mgter: Garcia Galvan Luis Tomas Nicolas: Ex Staff del Hospital Privado coordinador de terapia de grupo de trastornos de ansiedad fobias y panico